Invitada a una boda ¡y lista para acertar!

Yo, que nunca me he casado, he sido en cambio bendecida con un nutrido grupo de amigos y familiares que sí han decidido darse el "si quiero" en mi presencia, por lo que cada año cuando no tengo un bodorrio... son dos o tres. Mi afición a los vestidos de fiesta compensa con creces eso que otros consideran un quebradero de cabeza que es decidir qué se van a poner.

Con las matemáticas no puedo ayudaros, que ya no me acuerdo de nada, pero sí con unos bri-consejos para acertar sin dudar si te invitan a una boda.

Para empezar, repite conmigo: la protagonista es la novia, no yo.
Intenta convencerte de que si llamas más la atención que ella te sangrarán los ojos, se te engrasará el pelo para siempre y te caerán los pendientes como castigo.
Una vez interiorizado eso, ya estamos listos para empezar.

- Las cosas no son del todo blancas ni negras... y el vestido de una invitada tampoco debería serlo.
El blanco es de la novia. Punto. Así que olvídate de vestidos ad lib, champagne, crudo, blanco roto ni ninguna de sus variaciones.

El negro tampoco es adecuado. Tienes 365 días al año para vestirte de Total Black si te apetece, pero que no parezca que una urraca se coló en la fiesta.

Si estás muy, muy de antojo, y la boda es de tarde, puedes ponerte un vestido negro con complemento de tonos vivos que le resten seriedad y rigor.

Amarillo intenso en estos zapatos de Stuart Weitzman


Con esta reinterprestación de la cebra de Stuart Weitzman pisarás fuerte

- Mejor pasarse de sobria que de Strafalarius.
Si no quieres que te recuerden aquello de "el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro" deja que brillen los novios.
Una capa de maquillaje es suficiente. Mejor guapa y natural que parecer la gemela de Carmen de Mairena.


 - Es una boda, no el mercado de la carne.
Aunque hayas visto decenas de aspirantes a actrices con escotes imposibles y troquelados de alto riesgo en la alfombra roja, la boda de tu prima no es el lugar para ese tipo de vestidos. Las bodas con celebraciones familiares y sociales, no el día para lucir el trabajo de todo un año de gimnasio.
En las bodas de mañana lo suyo es un corto a rodilla (o unos centímetros por encima)... no un cinturón largo.
Ni minifaldas extremas y escotes exagerados, especialmente si la boda es religiosa o muy protocolaria.

Un bonito estampado, un corte original y discreto hacen de este vestido de Hoss Intropia una elección perfecta.


En las bodas de tarde podemos llevar vestidos largos y también cortos de fiesta. En cualquier caso, que no te confundan con la bola de la discoteca.


Transparencias para insinuar sin desvelar en este vestido de BDBA en tono acero



La fluidez de la manga asimétrica confiere elegancia y serenidad a este vestido largo de Hoss Intropia 
El rosa palo en contraste con el escote halter y un leve tail hem son perfectos para este vestido de BDBA 


El pantalón también puede ser elegante. Eso sí, para este tipo de ceremonias mejor que el pantalón sea ancho, y con buena caída. Si no quieres sufrir el "efecto mesa camilla" si el pantalón es ancho mejor escoge blusas, tops o chaquetas más bien entalladas y aprovecha los complementos para sofisticar y feminizar el look. Por ejemplo unos pendientes importantes, o bangles y por supuesto, unos bonitos tacones (lo que no significa que sean kilométricos).
Con plumitas y pulsera a tobillo, estas sandalias de Pura López son perfectas para poner un acento en los complementos


Collar de BDBA



- Los tacones, en su punto justo
En general, un poco de tacón siempre está bien: estiliza, aporta un plus de sofisticación... si sabes llevarlos. No hay nada más ridículo que alguien que decide iniciarse en los tacones con unos stilettos de 12 centímetros y se pasa toda la boda dando la nota enterrándose en el césped, caminando como un flamenco moribundo o descalzándose.
 Piensa que vas a llevarlos un mínimo de 10 horas, y que probablemente (eso espero) bailarás con ellos, así que pruébalos a conciencia en casa y no arriesgues con unos que no puedas asumir sólo porque te pegan fenomenal.

Las pieles metalizadas triunfan esta primavera/verano 2015. Estas sandalias de Pura López, además, sujetan perfectamente el pie


Lo máximo para “principiante” son 6 o 8 centímetros… sino lo mellor es recurrir al llamado “tacón sensato”  (5 centímentros  aproximadamente) o con un pelín de cuña.

Sandalias rojas de Stuart Weitzman


 - A menos que vayas a participar en "Mi gran boda gitana" modérate con el joyerío. Como norma general, las joyas mejor buenas, pocas y adecuadas al vestido que vayas a llevar.
Si no quieres parecer un árbol de navidad en pleno julio evita combinar unos pendientes importantes con un Maxi-collar o enormes pulseras con un anillo gigante.
Además, salvo que tengas un reloj-joya, a una boda vete sin él.
Pulsera dorada de BDBA


- Un bolso pequeño y un gran acompañante
Los bolsos grande (tipo shopping-bag) y las mochilas (que deberían estar prohibidas por ley) no son lo adecuado para una fiesta. Lo suyo son los clutch, bomboneras y bolsos de mano.

Bolso de BDBA


- Piensa dos veces (o tres) antes de llevar un tocado.
Si bien hace un par de años eran "lo más"... ahora empiezan a ser como las popularísimas "pashminas" (no hace falta que diga más ¿no?)

Si pese a mi advertencia decides ponerte uno recuerda dos cosas:

1. No te quitarás el tocado o la pamela en ningún momento (no, ni en la ceremonia, ni en el banquete ni en el baile... así que mide bien esa pedazo de pluma taaan mona que te mueres por llevar y que no te deja verte más que tus propias sandalias)
2. El tamaño del tocado (incluyendo a los sombreros) decrece según progresan las horas del día. Es decir, que una pamela o un sobrero amplio estarán bien en una boda de mañana, pero no en una de noche. Y los tocados aparatosos, lo mismo.
Y si vas a comprarte uno, ni se te ocurra escoger uno que te moleste. Ni tocados ni sombreros tienen por qué resultar incómodos.

Las bodas son para disfrutarlas: reír, comer, saludar, besar y bailar. Si llevas algo que te haga sentir incómoda lo pasarás mal y serás la comidilla... Y mira que las invitadas "de la otra parte" suelen ir con sed de sangre. No se lo pongas fácil.







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