Las increíblemente monas Sago (III)

Me da un poquillo de repelús la proliferación de muñecas solaperas. Digo un poquillo por ser suave, porque cada vez que veo alguna de las tristes imitaciones de las Sago que están por todas partes me da un bajón de glamour que roza lo peligroso.
Puede que, incluso, cuando veo esas chafalladas de burdas puntadas y toscos pegotes me hacen valorar más el delicado trabajo que hace Ana con sus Sago.
Alucino con los calcetines de Blueberry.


Más que muñecas son obras de arte en miniatura, como esta edición exclusiva para Soufflé Shop con los detalles dorados en las botitas y hasta en el broche de un vestido que ya querría yo para mí.






Me hace especial gracia Kali, que ya sacó en junio, con sus pequeñas rastas, la capucha y esas microflores en la bufanda.



... Y la que se ha manchado las manos es Malicia, la niña mimada.
Yo mataría por ese vestido de ruffles en ese diminuto estampado de pata de gallo digno de los diseños de Jenny Humphrey de Gossip Girl.



Sé que me será dificil convencer a Ana para que vuelva a diseñar ropa para nosotras. Las pequeñas Sago son mejores modelos y bastante menos caprichosas... ¡¡pero yo también me mancharía las manos por uno de sus vestidos!!


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