¿Queda alguien que todavía no tenga un péplum en el armario?
Puede que Princesa Prometida, que insiste en que no es favorecedor. Le doy la razón en que, si el volante no tiene el tamaño adecuado, o sale del sitio incorrecto puedes parecer una bombona de butano disfrazada de flamenca pero, cuando queda bien, marca la cintura y potencia las curvas.
Dior lo fusiona con otra de las tendencias clave de este otoño, el cuero, para protagonizar su campaña.
Aunque el origen del péplum está en la doblez que formaban a la altura de la cintura las túnicas griegas del mismo nombre, si hay un creador que se asocia al péplum es Christian Dior, que lo utilizó a mediados de los años 50s para realzar la silueta femenina.
Era la postguerra y trajo la revolución al armario de las mujeres acentuando su cintura con aquella silueta de reloj de arena que bautizaron como New Look.
Para esta temporada, la Maison lo ha presentado sobre la pasarela con múltiples variaciones.
Peo no hace falta dejarse los ahorrillos en Dior para hacerse con un péplum.
Éste de Kling tiene un favorecedor tono rosa chicle y no llega a los 60€. Un chollo, vamos.
Coquetuela, divertida y sexy gana a delgada.
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