Los vestidazos de French Connection

Hay cosas que nunca fallan: el chocolate, un día en la playa, el aperitivi con los amigos y los vestidos de French Connection.

Mis amigas y muchas de mis compañeras de trabajo ya se han hecho casi tan adictas como yo, y a veces nos miramos como dos leonas que quieren merendarse la misma gacela cuando tratamos de coger la misma percha a la vez. 

Aún así, no me canso de decirlo: los vestidos de FUCK hay que probárselos. Son prendas que lucen sobre el cuerpo, no colgadas de una percha.

Ya tengo fichado un nuevo LBD para este otoño. Es versátil y tiene ese toque French con los hombros al descubierto. Imposible no sentirse sexy.

Cambiándole los complementos puedes llevarlo a trabajar... o a quemar la noche.

FUCK borda los vestidos para una noche de fiesta. Y éste de paillettes en diferentes tonos lo tiene todo: el dorado, el glitter y el corte French Connection que hace que te siente como un guante.

Uno de esos vestidos básicos a los que sólo tendrás que añadirle unos zapatos de temporada para que puedas ponértelo muchos años.

Ésto sí es una inversión y no comprar acciones de eléctricas.

Otra de sus especialidades, y que este año también es un imprescindible son los vestidos stretch. Éste verde con detalles en las mangas te alegran el día.

French no es una de esas firmas de (aparente) bajo coste que te vende por dos duros prendas de tendencia que te durarán lo mismo que una tableta de chocolate. 

Mientras los vestidos ajustados de esas "low cost" se suben, enrollan y ponen de manifiesto los defectillos que tienes y los que no... los tejidos y estructura de las prendas de FCUK aportan un glorioso efecto shaping.

Incluso podrás prescindir de esa ropa interior retro de efecto braga-faja a la que nos estamos enganchando. 

Lleva varias temporadas sacando unos vestidos de micropunto megaajustados que sientan de muerte. Además ya tienen unas necesarias cremalleras para evitar que sacárselos y ponérselos deje a  la Odisea de Ulises a la altura de un cuento infantil.