Hacer de las curvas el camino recto

Admito que tengo prejuicios respecto a las famosas metidas a diseñadoras. Cada vez que uno de esos personajes del papel couché anuncian que han decidido comenzar una carrera como actrices, diseñadoras o, aún peor ¡¡escribir un libro!! se me ponen los pelos pinchos.

Reconozco que cuando Vicky Martín Berrocal decidió volar de sus trajes de flamenca (preciosos, por otra parte) a la fiesta se me cayeron hasta los pendientes. 

Imaginé otro de esos proyectos en los que usan el nombre de una famosa aburrida para venderles todo tipo de productos a clientes aún más aburridos y carentes de criterio. Un cuento chino, vamos.

Pero no. La sevillana confirmó su talento con las colecciones de novia y fiesta, y luego incluso bolsos de piel, vestidos de madrina y hasta papelería.

Lo que me alucina de sus colecciones es su defensa de las curvas que ella misma luce sin reparos. No de boquilla, como hacen tantas firmas, sino abordando sin temor tallas complicadas que cuestionan algunos diseños.

Curvas en las siluetas de sus modelos, y también en las ondas de los volantes que nos remiten a sus trajes de faralaes.

Formas sencillas que ponen de relieve los detalles: mangas con fruncidos, pequeñas flores...