La porcelana: Vista Alegre

Me chifla la porcelana. Puede que sea por esa vena niña antigua que me sale a veces, o porque me retrotrae inevitablemente a las meriendas en casa de mi abuela, con sus bizcochos de chocolate, galletas de nata y petit-choux rellenos de crema.
Vista Alegre me lleva, además, a mi padre y a su adorado Portugal, y es que la casa lusa ha sabido avanzar, sin perder de vista ese pasado que se remonta a inicios del siglo XIX.
Yo soy particularmente fan de su colección premium.


Esta taza de consomé de la colección Kerstin parece sacada directamente del parador de mi bisabuela, que tenía una vajilla muy similar de la que aún conserva mi abuela algunas piezas.







La colección Romanza es perfecta para mezclar con vasos de colores en una mesa de estival.



































Cosas de princesas... Una tarta en este plato Anna



También me vuelven loca los dibujos geométricos en oro y cobalto de Nery.

























Abu: ve preparando el azúcar y la harina, que nos debemos una tarde como las de siempre.

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