No lo ha dicho John Galliano, que deben de tenerlo escondido en algún cajón desde que lo despidieron de Dior, pero lo digo yo, y es mi opinión: mientras dure la crisis, nos aferraremos a la piel natural, a los tejidos de calidad y a los buenos cortes como una chalana se amarra a puerto seguro en medio de una tormenta.
D-Due es uno de mis puertos seguros ¿Tirar el dinero en estilismos perecederos y materiales sintéticos de usar y tirar? ¡no gracias! Mejor invertir en prendas que sé que me pondré un año y otro... y cuando pase un tiempo recuperaré sin sonrojo.
Es verdad que he echado de menos un poco más de colorido en sus propuestas para este otoño/invierno, pero no han faltado sus habituales estampados, que dibujan y transforman para cada colección, huyendo de las telas estampadas que se venden por kilómetros que usan muchas firmas comerciales.
Florecitas para este vestido que acompañan con un sencillo, pero original abrigo, otro de sus must.
Me gusta especialmente éste, maravillosamente intrépido y como sacado de unos dibujos animados.
Tampoco se han olvidado del pelo, necesario como el respirar este invierno. Piel como nunca, en prendas sorprendentes y sin miedo a mezclar tejidos.
Ya he confesado que no le encuentro demasiado sentido a los chalecos de pelo, es verdad. Tienen tanto sentido práctico como aquellos chalecos de plumas que nos poníamos en los 90's o encender la calefacción y abrir la ventana. Además, me dan ganas de montar un belén y comprar unas ovejitas... pero he de reconocer que de este look no le hago ascos ni siquiera al chaleco.
Vaya... ¡que me gusta todo!...
D-Due es uno de mis puertos seguros ¿Tirar el dinero en estilismos perecederos y materiales sintéticos de usar y tirar? ¡no gracias! Mejor invertir en prendas que sé que me pondré un año y otro... y cuando pase un tiempo recuperaré sin sonrojo.
Es verdad que he echado de menos un poco más de colorido en sus propuestas para este otoño/invierno, pero no han faltado sus habituales estampados, que dibujan y transforman para cada colección, huyendo de las telas estampadas que se venden por kilómetros que usan muchas firmas comerciales.
Florecitas para este vestido que acompañan con un sencillo, pero original abrigo, otro de sus must.
Me gusta especialmente éste, maravillosamente intrépido y como sacado de unos dibujos animados.
Tampoco se han olvidado del pelo, necesario como el respirar este invierno. Piel como nunca, en prendas sorprendentes y sin miedo a mezclar tejidos.
Ya he confesado que no le encuentro demasiado sentido a los chalecos de pelo, es verdad. Tienen tanto sentido práctico como aquellos chalecos de plumas que nos poníamos en los 90's o encender la calefacción y abrir la ventana. Además, me dan ganas de montar un belén y comprar unas ovejitas... pero he de reconocer que de este look no le hago ascos ni siquiera al chaleco.
Vaya... ¡que me gusta todo!...
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