No sé si será un gen de cabra, pero lo cierto es que me encantan las alturas... y no estoy hablando de tacones.
Me chifla ver los coches como hormiguitas desde los aviones, o subirme a la terraza de un edificio alto.
No hay como la perspectiva que te da ver las cosas desde una montaña o ver un cielo estrellado, para darte cuenta de la verdadera dimensión de tus problemas. Minúsculos. Eres un pequeño puntito inmerso en el todo.
No me hace falta ir muy lejos. Hace años que la Catedral de Santiago abrió al público sus cubiertas, vamos, los tejados.

Es genial asomarse a uno de sus balcones para echarle un vistazo a los diminutos seres que toman algo en las terrazas o hacen cola para pasar por la Puerta Santa.

Me gustaba más antes, cuando había que conocer a alguien para que te dejasen subir... pero cuando no había todas esas estructuras para evitar que un guiri despistado meta la sandalia con calcetines donde no debe. Aún así sigue siendo maravilloso.

Entrada por el Pazo de Xelmírez, en la Plaza del Obradoiro.
De 10 a 14 h. y de 16 a 20 h.
Reservas: 981 552 985
Me chifla ver los coches como hormiguitas desde los aviones, o subirme a la terraza de un edificio alto.
No hay como la perspectiva que te da ver las cosas desde una montaña o ver un cielo estrellado, para darte cuenta de la verdadera dimensión de tus problemas. Minúsculos. Eres un pequeño puntito inmerso en el todo.
No me hace falta ir muy lejos. Hace años que la Catedral de Santiago abrió al público sus cubiertas, vamos, los tejados.

Es genial asomarse a uno de sus balcones para echarle un vistazo a los diminutos seres que toman algo en las terrazas o hacen cola para pasar por la Puerta Santa.

Me gustaba más antes, cuando había que conocer a alguien para que te dejasen subir... pero cuando no había todas esas estructuras para evitar que un guiri despistado meta la sandalia con calcetines donde no debe. Aún así sigue siendo maravilloso.

Entrada por el Pazo de Xelmírez, en la Plaza del Obradoiro.
De 10 a 14 h. y de 16 a 20 h.
Reservas: 981 552 985
Esperaré a que se acabe el Xacobeo, el Papa se pegue el piro y veremos lo que queda despues.
ResponderEliminarYa de esperar, espera al año próximo. Si llueve imagino yo que la visita perderá.
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