58. Los restaurantes céntricos y bonitos

Supongo que resulta un poco extraño hacer un post sobre un local del que creo que está sobrevalorado... pero algo tendrá el agua cuando la bendicen, porque de una forma u otra ceno allí con cierta frecuencia.

El local es bonito, verdad de la buena, y está en un sitio inmejorable para luego ir a tomar algo. Es un antiguo taller de curtidos remodelado en torno a 3 salas centrales. La principal y dos comedores bastante chulos en los que se mezclan muebles antiguos con pinceladas modernas.



La cocina tampoco tiene demasiada pega, pero lo cierto es que me resulta caro pagar una media de 35€ para lo que ofrecen. Hay que decir que tienen un menú del día barato, pero tampoco es nada del otro mundo.

Tienen unas croquetitas apañadas que te sirven en un bol con largos palillos y que están bien como entrada. También tienen alguna pasta curiosa con el marisco bastante presente, y ensaladas resultonas, como ésta con lascas de foie.



Hay una cosa que me eriza hasta los pelos de la nuca, y es el que yo considero "postre con más marketing de la historia". Y digo bien.
Bajo el sugerente nombre de "morir de chocolate" no ofrecen nada más que una mousse corriente y moliente.
Esta decepción, (con el chocolate no se bromea) hace que evite este local todo lo que puedo... pero se ve que no puedo mucho.

Rua da Conga, 2-3
T. 981 554 342

Comentarios

  1. Ines, me he divertido muchisimo leyendo este post. La verdad hija es que tienes razón con el "Morir de chocolate" y fíjate si la tienes, que nació antes el nombre del postre que la propia composicion del mismo. No tenía ni restaurante. De todas formas, te invito a que vengas a probar la nueva versión, ha cambiado sustancialmente, aunque puedo asegurarte que tenia muchísimo mas exito la anterior, motivo del cambio? que a uno... le dolía el alma cada vez que lo veia salir de la cocina.
    Un besazo
    BORJA.
    A Curtidoria.

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  2. jjajaa ¡¡Qué vergüenza, por Dior!!
    Lo cierto es que puede ser una cuestión de expectativas porque después de oír el nombre del postre te esperas gloria bendita sobre un platito de porcelana... y el bavaroise me decepcionó tanto que no volví a pedirlo nunca más.
    La próxima vez que vaya a cenar a la Curtidoría lo probaré. Besísimos

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