26. La cocina sobresaliente

Hacía tiempo que no iba al que se ha confirmado como uno de mis restaurantes favoritos del Universo (considerando esto como el infinito y más allá).
Siro González es el alma del Calderón, un precioso restaurante que está en los límites entre la zona nueva y la zona vieja compostelana.
Es una pena que, a pesar de ser mayo, llueve en Santiago como en pleno noviembre... porque uno de los encantos de este local es su espléndida terraza.
El Calderón ocupa un edificio entero, y han aprovechado las divisiones originales de la casa para crear distintos espacios y salas.



Nos asignaron lo que debió de ser una habitación, con una enorme mesa moderna. Yo la encontré tremendamente agradable, pero Gran Torino es más de sacarle punta a las cosas e hizo un par de objeciones sobre la decoración.
Para mi, el hecho de tener tanta intimidad compensó con creces que las cortinas no colmasen las expectativas en materia de cortinas del Sr. Torino.

Optamos por un menú degustación con maridaje. Yo soy fan de los menús degustación, y Gran Torino es un quisquillas del maridaje, así que los dos contentos.

Todos y cada uno de los platos resultaron exquisitos. Cuando digo exquisitos me refiero a que ni Gran Torino ni yo pudimos ponerles ni un pero, y eso que somos ambos (de distinta manera), de agárrate que hay curva.

Como aperitivo nos sirvieron un dado de salmón con una especie de sopa de tomate que hacía un contraste delicioso.

Nos sivieron un Souterner(un dulce de la Subzona de Souternes, de Burdeos, donde suelen utilizar uvas sémillon, sauvignon blanc y muscadelle) que combinaba a la perfección con el helado de foie e higo con dados de manzana.
Aunque Gran Torino es un fanatico del foie, y hubiese preferido un sabor más puro, tuvo que reconocer que el helado estaba bueno de morirse y que la elección del maridaje fue muy acertada.

Luego trajeron un bacalao con granada y una especie de ali-oli... que estaba bueno (si mi madre se entera de que he comido bacalao se le caen los dientes al suelo).



A continuación nos sirvieron un Naiades para acompañar la vieira sobre crema de maiz y crujiente de jamón_
Éste fue con diferencia el plato que más gustó a mi puntilloso compañero de mesa... y puede que a mi. La crema de maiz potenciaba el sabor de la vieira y el jamón elevaba un poco el punto de sal...
Gran Torino sólo arqueó las cejas respecto al vino (un blanco de la D.O. Rueda y elaborado con la variedad de uva Verdejo, que está fermentado y criado en barrica). De hecho, bajó la puntuación en nuestro ranking particular porque le parecía más acertado maridarla con el vino que nos trajeron a continuación, el Guitián.
Del Guitián os hablaré en otro post, porque es uno de mis preferidos. Es un
blanco de la D.O. Valdeorras (variedad godello).
Como yo sólo sé de lo que me gusta, disfruté terriblemente del vino, y me chiflaron los lomos de jurel con verduras...pero según Gran Torino se buscaba armonizar el godello con el pescado que tenía notas ahumadas y si se hubiesen parado a pensarlo un poco, el orden de los vinos sería al revés.
Nota para iniciados... yo estaba levitando, pero la ignorancia es lo que tiene.

Después vino la carne, un entrecot con queso San Simón con una guarnición de miga de pan con chorizo, que acompañaron con un Refugallo (un tinto de la Ribeira sacra). Gran Torino dio su beneplácito a la elección de este caldo con crianza en madera para el que emplean uvas Mencía, Garnacha y Brancellao.
¡Lo que aprende una!

Aquí yo ya no podía más... y lo curioso es que Gran Torino no se acabó mi plato como acostumbra... señal de que los platos eran más que abundantes... y aún nos faltaba lo mejor: dos postres.

Las cejas de Gran Torino volvieron a ponerse circunflejas porque no los acompañaron de vino... pero la bola de helado de caramelo sobre maracuyá lo compensó todo. Por separado estaban de muerte, pero juntos... de delirio. Impresionante.



Prácticamente no me quedaba espacio en el cuerpo para la crema de chocolate con semillas de granada y virutas de chocolate blanco sobre zumo de cítrico.




Estaba muy bueno, y la textura de flan encantó a Gran Torino... pero mi corazón es de caramelo y maracuyá a partir de ahora y por siempre.

En resumen: Merece muchísimo la pena (yo le doy un 9, y Gran Torino baja la media al 8'5 por los fallos en el maridaje y otros detalles).

No es barato, eso no... pero es el sitio ideal para darse un capricho.





T. 981 554 356
c/ Carrera del Conde, 8. 15706 Santiago de Compostela (A Coruña)

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