9.Creer que una sola persona puede hacer del mundo un lugar un poco más habitable

Cuando pienso en lo que visionarios como Schiap, o Le Corbusier concibieron a principios del s.XX no puedo evitar sentir que, en cierto modo, hemos involucionado. Tenemos a nuestra disposición tecnologías increíbles, pero hemos dejado atrás la creatividad y las ansias por adaptar el progreso a la vida de la gente.
Le Corbusier estaba convencido de que se podía cambiar el mundo a través de la arquitectura.
Al término de la II Guerra Mundial fue preciso reconstruir Europa. Los modernistas, años antes, habían planteado la necesidad de adecuar la distribución y circulación de las urbes a la realidad de la sociedad moderna. Le Corbusier sabía que urbanismo y arquitectura tenían que caminar de la mano para poder crear espacios más “vivibles”.
Siempre polémico, concibió sus Unidades Habitacionales, una de las cuales construyó en Nantes, en 1955. Estas Unidades Habitacionales no eran únicamente edificios, sino una nueva manera de vivir en comunidad.
La “Maison Radieuse de Rezé” fue creada con el concepto de habitación cooperativa, que permitía a sus moradores acceder a la propiedad de sus apartamentos al cabo de 65 años, un ingeniosísimo método para evitar la especulación inmobiliaria (brillante ¿no?).
Le Corbusier planificó 294 apartamentos de 90 m2 (nada de mini-pisos) estructurados en torno a 17 niveles comunicados por 6 “calles”. Los tres ascensores dividían e 3 áreas independientes estos apartamentos para garantizar la privacidad de los mismos y evitar las molestias de la vida vecinal.




Esta vida vecinal se potenciaba sólo en sus aspectos más positivos: la Maison Radieuse tenía desde biblioteca y salones comunales hasta una escuela infantil (¡qué pena que no cundiese el ejemplo!).

El hall de entrada funcionaba como una especie de plaza pública, con un kiosko de periódicos y una oficina postal en la que los vecinos se encontraban y convivían.
Además todas las viviendas tenían un alto nivel de equipamiento (incluido agua caliente)... Hay que tener en cuenta que estamos hablando de vivienda social y de 1955... hace 55 años. El de Marsella (el primero, y quizás el más importante, tenía también una pista de atletismo, un gimnasio cubierto y hasta enfermería).

A pesar de que en aquella época las viviendas sociales se hacían individuales, Le Corbusier quería agrupar las viviendas para dejar libre una enorme zona verde recreativa. Además, los tejados dejaron de ser zonas superficies inútiles para convertirse en zonas de recreo.



Con ello Le Corbusier quería crear una nueva realidad urbana que compatibilizara naturaleza y desarrollo.

Este espíritu de autogestión (todos tenían voz y voto en las decisiones comunitarias) que establecían los estatutos de Rezé se vino abajo con la llamada Ley Chalandon en 1971*.... Unos construyen y otros destruyen.

www.maisonradieuse.org

La ley le ofrecía a los habitantes de la Unidad seguir siendo inquilinos, convertirse en inquilinos “privilegiados” (con rentas controladas pero renunciando a su derecho de reembolso de sus “acciones”) o bien convertirse en propietarios. En 1972 sólo el 20% de sus habitantes habían adquirido sus viviendas de protección oficial, lo que devino en una escisión de la comunidad. En 1976 se restableció el régimen de copropiedad y hoy en día sus vecinos están constituidos en una Asociación de Habitantes de la Maison Radieuse que es mucho más que una comunidad de propietarios.

Comentarios

  1. Y yo creía que ser administrador de comunidades de propietarios era algo sencillo y casi agradable (a veces)

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